Síntomas y afecciones

Enfermedades de oido

La exploración principal del oído se realiza con la otoscopia con el Microscopio (Otomicroscopía).

La prueba principal para el diagnóstico de los problemas auditivos es la Audiometría, para realizarla se utilizan unos auriculares, altavoces o vibrador óseo, a través de los cuales llega el sonido al paciente. Para su ejecución es necesaria una cabina insonorizada donde se introduce al paciente. Las pruebas más convencionales son la audiometría tonal, la verbal y las supraliminares.

Otra prueba importante es la Timpanometría o Impedanciometría, que complementan a la anterior para localizar el origen del trastorno auditivo y se complementa con el estudio de los Reflejos Estapediales.

Son pruebas auditivas objetivas las Otoemisiones Acústicas y los Potenciales Evocados Auditivos de Tronco Cerebral. Las primeras utilizadas para el screening auditivo de hipoacusia congénita o screening universal de hipoacusia y la segunda para diagnóstico de sordera en neonatos o niños pequeños.

A veces es necesario la toma de exudados nasales o biopsias.

En los casos de roncadores es necesaria la realización de una Poligrafía Respiratoria que aclare si nos hallamos ante una roncopatía simple o una apnea del sueño.

Sordera

La sordera también llamada hipoacusia, es la pérdida de la capacidad que tenemos para oír normalmente. Dependiente del momento de su aparición, la sordera afectara en mayor o menor medida otras capacidades del paciente e influirá en el desarrollo de su vida laboral y personal.

La sordera puede tener causas muy diferentes pero generalmente en adultos se debe a tapones de cera y a otitis. Teniendo en cuenta que la audición es fundamental para el desarrollo del lenguaje y el habla, si la sordera aparece en niños en edades tempranas, afectara a sus capacidades de comunicación y aprendizaje pudiendo degenerar en sordomudez si no se diagnostica y trata con prontitud. En los niños afectos de sordera en edad escolar se suele deber a otitis seromucosa, generalmente asociada a catarros y bronquitis, asma y vegetaciones y puede causar daño irreversible en el tímpano y la audición a largo plazo. También puede ser la causa el daño del nervio auditivo. En estas edades se interfiere en el aprendizaje y en la integración escolar y social, por lo que es prioritario su diagnóstico y tratamiento temprano.

Otras causas frecuentes de sordera en los adultos son las debidas a exposición repetida al ruido ( de origen laboral, petardos, disparos...), por la edad y la herencia, las infecciones u otitis crónicas y la otoesclerosis. En los casos de otitis crónica con o sin perforación de tímpano y en la otoesclerosis, el tratamiento es siempre la cirugía, bien la miringoplastia, timpanoplastia o lestapedectomía.

En cada caso hay que hacer un diagnóstico preciso de la causa y prescribir el tratamiento médico o quirúrgico o la prescripción de prótesis auditivas. Es de señalar que en este último supuesto, siempre el paciente ha de ser revisado primero por el especialista ya que el tratamiento es diferente en cada caso.

Así pues en la sordera es fundamental un diagnóstico precoz y preciso del tipo de hipoacusia, lo que nos permitirá iniciar un tratamiento que resuelva el problema o mitige sus consecuencias.

Otitis

La otitis es la inflamación del oído y dependiendo de la parte del oído a que afecta se manifiesta de una manera u otra y tiene mayor o menor importancia.

Cuando se afecta el oído externo hablamos de otitis externa y es la infección de la piel del conducto auditivo, como consecuencia del baño en verano en piscinas, la manipulación con bastoncillos y el rascado. Se manifiesta fundamentalmente con un dolor muy intenso, aunque también puede haber supuracion o taponamiento del oído. A veces son debidas a hongos y producen picor intenso.

Si la otitis afecta al oído medio, generalmente se relaciona con catarros, alergia o fumadores y lo más frecuente es que se manifieste con supuracion y sordera, y suele haber una perforación timpánica. En los niños son muy frecuentes, aisladas o de forma recurrente y se asocia a vegetaciones. También son muy frecuentes las otitis seromucosas a raíz de un catarro mal tratado o en pacientes alérgicos y fumadores y en los niños secundarias a vegetaciones. Producen entonces, como síntoma principal, sordera y hay que tratar no sólo la otitis sino la causa que la produce.

Las otitis crónicas han de tratarse siempre porque producen sordera permanente y secuelas serias como la perforación del tímpano y el colesteatoma, un especie de tumor del oído que sí se deja evolucionar sin tratamiento puede desembocar en problema grave.

Vértigo y mareos

El vértigo es una alteración de la sensación de movimiento que se manifiesta como desequilibrio, inestabilidad, presión en la cabeza, sensación nauseosa, sensación de giro de objetos, etc que se puede acompañar o no de síntomas en el oído como ruidos o pérdida de audición.

Las causas son numerosas y pueden encontrarse en el oído, en el cuello o incluso ser secundarias a enfermedades generales como la hipertensión o la diabetes.

Como el vértigo o mareo es una patología incapacitante, es necesario realizar una exploración exhaustiva por el otorrino que a veces, con simples maniobras (en el vértigo posicional paroxítico benigno) puede curar al paciente. Otras, instaurará un tratamiento médico y rehabilitador o incluso quirúrgico. Descartado el origen otológico del vértigo, el otorrino indicará al paciente la causa más probable y remitirá al especialista adecuado.

Ruidos en el oido

Los ruidos en el oído, también llamados acúfenos o tinnitus son una patología frecuente y muy angustiosa para el paciente. El otorrino realizará las pruebas pertinentes para diagnosticar su causa e instaurar un tratamiento precoz.

Orejas deformes

Las orejas en asa o en soplillo son una alteración de la forma del pabellón auricular para cuya corrección estética se precisa una técnica quirúrgica denominada otoplastia. Es una cirugía ambulatoria que se realiza con sedación y que pretende conseguir que el pabellón auricular quede pegado de forma simétrica al cráneo.

Parálisis facial

Es la paralización de los músculos de la mitad de la cara que aparece de forma súbita. La causa más frecuente es la Parálisis de Bell o a frigore pero también puede ser secundaria a traumatismos, infecciones o tumores. Diagnosticada y tratada a tiempo suele tener buena evolución.